Carta Abierta a TWM
Queridísima Teresa:
No se como partir... supongo que presentándome: Soy yo, soy tú en una época más fácil, soy tú en una época más difícil, soy tú más normal, con menos rulos, con los ojos cafés. Soy tú con la misma capacidad de amar, de sentir. Simplemente soy tú.
Desde que me tercié con tus escritos viví casi como un mantra: 'Cuando me odiaron sin amor yo di más amor', repitiéndolo durante las noches, repitiéndolo entre lágrimas, repitiéndolo entre risas. El problema es que se me olvidó que al vivir por amor, moriste por amor.
Es poderosa la sensación de entregar amor, cada vez que dije 'te quiero' lo viví en lo más hondo de mi, mis 'te amo' tienen el lujo de ser 100% honestos... y para qué hablar de mis 'te adoro'! Cada uno tuvo su significado especial, una forma distinta de adoración y devoción. Cuando pienso en ti, en como te fuiste, me doy cuenta que no puedo juzgarte, porque en tu lugar haría lo mismo. No te reprocho nada, sería como reprochármelo a mi misma... cuando te diste cuenta que tus hijas no volverían, te diste cuenta de lo doloroso que es dar amor al aire.
No quiero decir que 'boté' amor, sólo creo que, ambas, dimos tanto amor que mucho de ese amor fue a parar a otros lugares. Y dolió, y lo sabes. La verdad es que la sensación de entregar sin recibir no es lo que da pena, es la sensación de entregar y notar que no hay quien reciba. La sensación de amar a alguien que no necesita o quiere tu amor. Esa sensación de vacio y constante nostalgia.
Fuiste más valiente que yo, enfrentaste el claustro por amor a ti misma, y arriesgaste todo por ver a tus hijas durante 5 minutos. Tu risa llenó las paredes de un convento, mientras que la mia se convierte en murmullos discretos anclados en el cemento. Probablemente sufriste más que yo y te cansaste menos, pero nunca dudaré de que tu y yo amamos lo mismo. Lo se, porque el amor no correspondido era una simple nimiedad, nos basta con amar y si no nos aman de vuelta, amaremos aún más. Pero termina cuando ese amor no tiene recipiente, cuando queda en el polvo y nos damos cuenta de lo vacías que somos. Tú y yo somos nada, cierto? Tu y yo lo quisimos todo. Lo amamos todo...
Querida Teresa, me entendiste perfectamente, 100 años antes de que se me ocurriera conocerte. Sin saberlo te convertiste en una muy buena amiga, ansío conocerte y escucharte, no creo tener un final similar al tuyo, hasta para eso me falta valentía. Sólo quiero que sepas que no estás sola, que no estuviste sola. Que sin importar las leyes del tiempo, estuve ahí contigo sosteniendo tu mano. Adios Teresa: Morir, después de haber sentido todo y no ser nada!
0 comentarios:
Publicar un comentario