Educación

Posted on 18:15 by Susi | 0 comentarios

Hay cosas que no se enseñan, que se aprenden, que se viven y que se experimentan, pero no se enseñan. Por ejemplo, no me enseñaste a quererte, si lo hubieras intentado a lo mejor no te estaría extrañando, y es que quiero tantas cosas de ti que te extraño mientras hablo contigo.
Aprendí a querer tus lentes Jack, tu chaqueta de cuero con 60°, tu risa escandalosa, tus golpes cuando pasa un volkswagen, tus poleras rayadas, tu afán por las marcas, tus ganas de comer, tu ambición, tu egocentrismo, tus besos sin razón, tus te quiero's al aire, tu insistencia al tratar de sacarme fotos, tus muletillas, tus abrazos, tus mentiras y tus verdades.
Aprendí también que te pareces al principito menos de lo que crees, pero mucho más de lo que yo creía, que eres mejor persona, que no eres tan egocéntrico como aparentas y que ocultas tu inseguridad, que nos gusta Modest Mouse y Radiohead, que hemos coincidido en la vida más veces de las que sabemos, que somos vecinos. Aprendí que me quieres y que yo te quiero de vuelta.
Y tantas cosas por aprender! Quiero aprender de ti, que puedo hacer para apoyarte como tu lo haces conmigo, a convencerte para que te hagas twitter, quiero aprender a besarte y enseñarte a besarme. Quiero aprender a pastizar contigo tardes enteras, quiero cobrarte ese café y esa cerveza y que me cobres los mil besos que me pediste el otro día. Quiero aprender a hacer las cosas bien y quiero enseñarte a esperarme y a tenerme paciencia.
A lo mejor no paso el curso, pero en mi cuaderno estan las lecciones, tus abrazos, tu único beso, tu pecho mojado en mis lágrimas y mis oidos llenos de tu risa, la esperanza de que vengan más, la promesa de mañana y la de ayer, tu fortaleza y tu debilidad... y 6 hojas de mi diario.
Gracias, profesor... por enseñarme a quererlo.

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